jueves, 24 de febrero de 2011

Salmo No. 1 (de Eduardo Son)


Jehová de los ejércitos, tu que fuiste el Dios del osado Abraham, del magnífico Josué, del incomprendido Israel, del gran hombre David, del importante Salomón, y de tantos otros más, muchos hombres pero tu fuiste el mismo, también yo quiero llamarte mi Dios, porque para mi sólo tu existes como tal.


Tu poder, que ha sido mostrado sin límites, tu amor, que ha sido dado sin reservas y tu favor, que nunca dejará de sorprenderme, han sido manifiestos a mi vida, y avergonzado por ello hoy vengo de rodillas, y quiero pedirte perdón por la poca comunicación que he tenido contigo, por las veces que debí consultarte y no lo hice, por los momentos en los que me sentí solo y preferí no hablarte, por los problemas que quise enfrentar sin preguntarte qué pensabas, por todo lo que según yo he hecho sin ti, aunque sé bien que no fue asi, perdón te pido.

Perdona hoy Jehová los pecados de mi vida, estorba todo aquello que me aleja de ti y me hace daño, reprende al enemigo mío y tuyo, que no tenga yo nada en común con él, para que jamás te traicione, afirma hoy mi carácter para que siempre honre tu nombre.

Mucho te he pedido pero finalmente, si aún hallo gracia ante tus ojos, me atrevo a pedirte el favor más grande de todos, y sólo si tu quieres mi Señor, si es posible y si aún es tiempo, envía una vez más a mi tu Santo Espíritu, para que habite conmigo aquí en mi casa, para que me acompañe en cada paso del camino, para que viva dentro de mi corazón y así me ayude a ser tu amigo.

Tu sabes Dios si esto es posible hoy, Tú eres quien sabe si estoy listo, pero aún si no hoy, nuevamente mañana volveré aquí a pedirte lo mismo, porque creo Señor y estoy convencido que la clave de una vida en paz contigo, es la misma compañía de tu Espíritu.

 

Blogroll