domingo, 31 de octubre de 2010

Valentía y Fe

Pregunta el discípulo:  "¿Puede acaso un hombre ser valiente aún cuando siente un profundo miedo en su interior?"
Responde el Maestro:  "Por supuesto, de hecho, es el único momento en el cual puede ser valiente"

Esta conversación que leí en algún lado me puso a pensar mucho.  A veces pensamos que no podemos ser valientes porque sentimos miedo, y el miedo no es más que la oportunidad misma de convertirnos en valientes.  Ahora pienso lo siguiente: "Sin miedo no hay valentía".  Así que le di gracias a Dios por el miedo que a veces siento.   

Luego me puse a pensar en algo más profundo todavía, y entonces imaginé la misma conversación entre Dios y un hombre:

Hombre:  "Dios, ¿puede un hombre tener fe en ti, aún cuando no te vea, no te escuche, y no tenga ninguna prueba de que realmente existas?"

Dios contesta:  "Por supuesto, de hecho, es el único momento en el que puedes tener fe."

Alguien llamado Tomás dijo un día: "Si no viere en sus manos la señal de los clavos,  y metiere mi dedo en el lugar de los clavos,  y metiere mi mano en su costado,  no creeré (que Jesús ha resucitado)", los paréntesis son míos.

Una semana después Jesús le mostró sus manos marcadas por los clavos, y le permitió meter su mano en su costado, entonces Tomás creyó. Pero Jesús dijo: "Porque me has visto,  Tomás,  creíste;  bienaventurados los que no vieron,  y creyeron"

Desde que entendí estas cosas… le he dado gracias a Dios por esos momentos en los que me siento solo, en los que no veo a Dios por ningún lado, en los que no puedo escucharlo ni entenderlo.  Cuando me siento así, sé que es el verdadero momento de la fe, es la oportunidad de creer a pesar de todo.

Sientes que Dios no está contigo, sientes que te ha abandonado, sientes que no hay salida por ningún lado:  Es el único momento, en el que puedes tener fe"

La Biblia dice: "¿Quién es el que vence al mundo,  sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?"

Es tiempo de ser Valientes y tener Fe.

Que tengas la compañía del Espíritu Santo en todo lo que hagas.

sábado, 24 de julio de 2010

Amistad incondicional Vrs. Amistad CONDICIONAL

¿Algúna vez tuviste un amigo incondicional?
¿Tienes ahora un amigo que no te pone condiciones?
¿Esperas algún día tener un amigo incondicional?

Si respondiste "si" entonces debes saber que la amistad incondicional no necesariamente es lo mejor.

Hace poco ví en las noticias guatemaltecas la condena de nueve personas que participaron en uno de los asesinatos más famosos de nuestra historia nacional:  El caso Rosemberg.

Me llamó poderosamente la atención saber que antes de recibir su sentencia de prisión, estas nueve personas se abrazaron, lloraron y orgullosos dijeron:  "Debemos tratarnos como una familia, cuidarnos, porque trabajamos juntos”. 

¿Pero qué nivel de amistad es ese?  ¿Cómo es posible que sean no solo amigos, sino casi hermanos? ¿Cuánta solidaridad hay entre ellos?  Seguramente ellos pueden decir:  "yo si tengo amigos incondicionales"

¿Cuál es el punto entonces?

La amistad incondicional es algo que puede llegar a ser muy malo.  Si tu tienes un amigo que te apoya "en las buenas y en las malas", que está dispuesto a ir a la cárcel contigo, o que siempre te dará su respaldo sin ponerte absolutamente ninguna condicion... esa no es una amistad que te convenga mucho que digamos.

¿Sabes por qué?   Porque el mejor amigo que puedes tener es aquel que SI te pone condiciones.
Alguien que te diga: "Yo estoy contigo, siempre y cuando estemos en algo bueno, correcto y legal".  Ese es un amigo que te conviene.  Alguien que tú sabes que si haces algo que esta mal, no puedes contar con él, porque sólo te acompañará a cosas buenas, y recibirás un regaño, una desaprobación y hasta un enojo, si le propones algo que sea incorrecto.

Si conoces alguien así, entonces alimenta esa amistad, esfuérzate por no perderla, porque entonces esa amistad te hará mucho bien, te llevará a que seas una mejor persona, y no tendrás que estar nunca abrazándote y llorando con esa persona en una sala de sentencia algún día.  

Ojalá esas nueve personas hubieran tenido un "AMIGO CONDICIONAL", quizá hoy no estuvieran tras las rejas.  

Piénsalo, y si aún no tienes un "AMIGO CONDICIONAL", búscate uno.  Eso te va a hacer mucho bien. 

Yo ya encontré uno para mi:  Jesús dijo un día: "Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando".


Dios te bendiga a ti... y a tus amigos.

jueves, 1 de abril de 2010

El amor NO ES lo más importante

Si has oído a alguien decir: “El Amor es lo más importante en la vida”. Hoy tengo que aclarar que NO ES CIERTO.
Acaso alguna vez pensaste: “La clave de la Felicidad es el Amor”. Pues debo decir que NO ES CIERTO.
O quizá leíste en alguna parte: “Donde hay amor está Dios, y donde está Dios, no falta nada”. Es falso.


El amor NO ES lo más importante en la vida. No lo es. ¿Por qué? Porque todas las personas, absolutamente todas, aman a alguien o a algo, y no por eso ya son felices y han encontrado a Dios. El drogadicto “ama” las drogas, el alcohólico “ama” la borrachera, el inmoral “ama” la promiscuidad, el avaro “ama” el dinero, el pecador “ama” el pecado. Todos los seres humanos aman algo, lo que sea. Incluso llegamos a amar cosas en la vida que realmente no valen la pena.

Por eso digo que lo importante NO ES el amor. Lo importante en todo caso es AMAR las cosas correctas. El énfasis nunca debe estar en el amor, sino en aquello que amas.
Pregúntate hoy ¿Qué cosas amas tú? Examina ¿Qué cosas no debieras amar y hoy las amas? Piensa ¿Qué cosas deberías estar amando?

Si te preguntas, ¿Cómo puedo saber qué cosas debo amar entonces? La mejor respuesta que existe es: Leyendo la Biblia. La Biblia enseña a amar las cosas correctas, a las personas correctas y las situaciones correctas. Es más, si vas a amar algo importante en la vida, mejor que sea la palabra de Dios. Léela con fe, con respeto, con el corazón, eso hará que tu vida sea ordenada en cuanto a las cosas que son realmente importantes.

“Mira, Señor, cuánto amo tus preceptos; conforme a tu gran amor, dame vida. La suma de tus palabras es la verdad; tus rectos juicios permanecen para siempre”. (SALMOS 119.159)

sábado, 13 de marzo de 2010

Una decisión inteligente

Escuché la historia de un terrateniente, que poseía varios terrenos y constantemente estaba comprando y vendiendo propiedades y le iba muy bien.

Un dichoso día, visitando una finca en venta se dio cuenta que, mezcladas perfectamente con las rocas del lugar, había partículas de oro en su estado más simple, sin que se notara su brillo por lo que nadie se había dado cuenta. Inmediatamente se puso a investigar y encontró que mediante un sencillo procedimiento físico se podía separar el oro de las rocas y obtener el oro puro, de modo que con mucha alegría puso en venta todos los terrenos que poseía, y para lograr que se vendieran rápido los ofreció a precios increíblemente bajos, pues no le importaba otra cosa que juntar lo antes posible el valor que le pedían por aquellos "terrenos de oro" y así comprarlos inmediatamente.

Felizmente se sabe que este terrateniente se convirtió en el principal exportador de oro de su país y así multiplicó grandemente su fortuna hasta el día de hoy.

La pregunta que quiero hacerte es: si te pasara a ti ¿harías tú lo mismo?
¿Venderías todo lo que tuvieras para comprar un terreno mil veces mejor y más rentable?
¿Acaso te sería difícil tomar esa decisión?

Honestamente pienso que harías lo mismo, y creo que no te costaría decidirte, porque es fácil tomar una decisión si estás seguro de que estás haciendo una inversión inteligente. Todo depende de la seguridad que tengas en la inversión es mejor a lo que tenías antes ¿no es así?

Muchas personas no toman la decisión de seguir a Dios sencillamente porque no tienen la seguridad de que es mejor seguirle que no hacerlo, no tienen fe en Dios, piensan que no vale la pena y menosprecian lo que significa estar con Dios, y le dan más valor a sus propios "terrenos sin Dios" así que prefieren conservarlos y no los venden por nada del mundo, y se quedan así sin Dios en su vida.

Jesús un día dijo: El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. (MATEO13.44)

Solo piensa: ¿Si tuvieras la seguridad de que estar con Dios es mejor, te costaría decidirte hoy a seguirle? ¿Por qué aún no lo has hecho?
Piénsalo un poco y solo deseo que Dios bendiga tu vida hoy con fe para creer. Esa es la clave.

jueves, 4 de marzo de 2010

La decisión de amar

Hace poco escuché una frase que muchas personas repiten y francamente es una verdadera tontería, analízala: "Dios, dame más amor por ti" o también alguien dirá: "Señor, hazme amarte".

Expliquemos el punto:
Preguntémonos ¿Cuántas veces el novio le dice a su novia: "Oye, podrías hacer que te ame más"?, o acaso alguien osaría preguntar: "¿Podrías darme más amor por ti?". Eso se interpreta así: "Hey! Tienes que hacer algo para que te pueda amar más". Estoy seguro que nadie se sentiría halagado con peticiones de ese tipo, porque el amor no debe ser la consecuencia de algo que haya hecho alguien, ese no es amor, en todo caso podrá ser un sincero agradecimiento, pero no amor.

Luego pienso: ¿Cómo es que hay personas que se atreven a decir: "Dios ¡Haz algo para que te ame más!"?
Si Dios necesita producir el amor en nuestros corazones para que le amemos, ¿cuánto significa ese amor realmente?
Es como si alguien dijera: "Amigo, aqui te doy dinero para que puedas prestarme". No es lógico. Dios no es quien tiene que producir amor en tu corazón para que le ames, eso es algo que tú tienes que producir por ti mismo, y no depende de nadie más, eres tú quien decide si le vas a amar o no, es simple.

Cuando tu corazón encuentre a Dios y le conozcas, verás que nunca hubo algo que tu tuvieras que hacer para que Dios te amara. La Biblia dice que el Amor consiste en que Dios nos amó primero a nosotros. No ames a Dios por lo que él te da, ni por sus bendiciones, ni por lo que recibiste o recibirás… porque eso significaría que si Él no te da, si Él no te bendice, o si no recibes nada, entonces le dejarás de amar. Eso hasta se ve mal, muy mal.

Si Dios te da y te bendice es sólo consecuencia de que Él si te amo primero a ti, antes de que tú hicieras algo para merecerlo. Ahora te toca amarlo a Él, pero tienes que producir el amor por ti mismo, dentro de ti, desde la sinceridad de tu corazón y sin ponerle condiciones. Ese es el amor que si cuenta y es decisión tuya.

También piensa en esto: cuando creas amar a alguien recuerda que ama realmente el que lo hace primero, y por eso esa persona puede amar indefinidamente, porque la decisión de amar nació en su corazón, mucho antes de que alguien hiciera algo para merecer ese amor. También es simple, ¿no crees?

Dios bendiga tu vida.

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