sábado, 13 de marzo de 2010

Una decisión inteligente

Escuché la historia de un terrateniente, que poseía varios terrenos y constantemente estaba comprando y vendiendo propiedades y le iba muy bien.

Un dichoso día, visitando una finca en venta se dio cuenta que, mezcladas perfectamente con las rocas del lugar, había partículas de oro en su estado más simple, sin que se notara su brillo por lo que nadie se había dado cuenta. Inmediatamente se puso a investigar y encontró que mediante un sencillo procedimiento físico se podía separar el oro de las rocas y obtener el oro puro, de modo que con mucha alegría puso en venta todos los terrenos que poseía, y para lograr que se vendieran rápido los ofreció a precios increíblemente bajos, pues no le importaba otra cosa que juntar lo antes posible el valor que le pedían por aquellos "terrenos de oro" y así comprarlos inmediatamente.

Felizmente se sabe que este terrateniente se convirtió en el principal exportador de oro de su país y así multiplicó grandemente su fortuna hasta el día de hoy.

La pregunta que quiero hacerte es: si te pasara a ti ¿harías tú lo mismo?
¿Venderías todo lo que tuvieras para comprar un terreno mil veces mejor y más rentable?
¿Acaso te sería difícil tomar esa decisión?

Honestamente pienso que harías lo mismo, y creo que no te costaría decidirte, porque es fácil tomar una decisión si estás seguro de que estás haciendo una inversión inteligente. Todo depende de la seguridad que tengas en la inversión es mejor a lo que tenías antes ¿no es así?

Muchas personas no toman la decisión de seguir a Dios sencillamente porque no tienen la seguridad de que es mejor seguirle que no hacerlo, no tienen fe en Dios, piensan que no vale la pena y menosprecian lo que significa estar con Dios, y le dan más valor a sus propios "terrenos sin Dios" así que prefieren conservarlos y no los venden por nada del mundo, y se quedan así sin Dios en su vida.

Jesús un día dijo: El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo. (MATEO13.44)

Solo piensa: ¿Si tuvieras la seguridad de que estar con Dios es mejor, te costaría decidirte hoy a seguirle? ¿Por qué aún no lo has hecho?
Piénsalo un poco y solo deseo que Dios bendiga tu vida hoy con fe para creer. Esa es la clave.

jueves, 4 de marzo de 2010

La decisión de amar

Hace poco escuché una frase que muchas personas repiten y francamente es una verdadera tontería, analízala: "Dios, dame más amor por ti" o también alguien dirá: "Señor, hazme amarte".

Expliquemos el punto:
Preguntémonos ¿Cuántas veces el novio le dice a su novia: "Oye, podrías hacer que te ame más"?, o acaso alguien osaría preguntar: "¿Podrías darme más amor por ti?". Eso se interpreta así: "Hey! Tienes que hacer algo para que te pueda amar más". Estoy seguro que nadie se sentiría halagado con peticiones de ese tipo, porque el amor no debe ser la consecuencia de algo que haya hecho alguien, ese no es amor, en todo caso podrá ser un sincero agradecimiento, pero no amor.

Luego pienso: ¿Cómo es que hay personas que se atreven a decir: "Dios ¡Haz algo para que te ame más!"?
Si Dios necesita producir el amor en nuestros corazones para que le amemos, ¿cuánto significa ese amor realmente?
Es como si alguien dijera: "Amigo, aqui te doy dinero para que puedas prestarme". No es lógico. Dios no es quien tiene que producir amor en tu corazón para que le ames, eso es algo que tú tienes que producir por ti mismo, y no depende de nadie más, eres tú quien decide si le vas a amar o no, es simple.

Cuando tu corazón encuentre a Dios y le conozcas, verás que nunca hubo algo que tu tuvieras que hacer para que Dios te amara. La Biblia dice que el Amor consiste en que Dios nos amó primero a nosotros. No ames a Dios por lo que él te da, ni por sus bendiciones, ni por lo que recibiste o recibirás… porque eso significaría que si Él no te da, si Él no te bendice, o si no recibes nada, entonces le dejarás de amar. Eso hasta se ve mal, muy mal.

Si Dios te da y te bendice es sólo consecuencia de que Él si te amo primero a ti, antes de que tú hicieras algo para merecerlo. Ahora te toca amarlo a Él, pero tienes que producir el amor por ti mismo, dentro de ti, desde la sinceridad de tu corazón y sin ponerle condiciones. Ese es el amor que si cuenta y es decisión tuya.

También piensa en esto: cuando creas amar a alguien recuerda que ama realmente el que lo hace primero, y por eso esa persona puede amar indefinidamente, porque la decisión de amar nació en su corazón, mucho antes de que alguien hiciera algo para merecer ese amor. También es simple, ¿no crees?

Dios bendiga tu vida.

Blogroll