sábado, 20 de agosto de 2011

Salmo No. 2 de Eduardo Son

Dios todopoderoso, que habitas en el trono más alto del cielo

Y al mismo tiempo habitas en los corazones más humildes,

Porque así como eres de grande, también eres accesible

Para todos aquellos que en santidad y en sencillez buscan tu rostro.



Tu Señor que todo lo puedes, derrama sobre mi vida tu gracia,

Que tu favor me acompañe siempre, y que no encuentres en mi corazón orgullo,

Ni sigan mis pasos sendas torcidas, sino que mi alma llegue a amar la rectitud

Permíteme lograr para mi vida, el propósito tuyo para el que fui llamado.


Solo dame sabiduría y seré entendido, dame fe y seré un hombre de carácter

Dame humildad y habitarás conmigo, dame obediencia y obtendré tu favor,

Guíame y te seguiré, enséñame y aprenderé tus lecciones

Transfórmame y no te defraudaré, úngeme y te serviré

No dejes inconclusa tu obra en mi vida, no dejes de cuidar mis pasos

con tu poder y tu soberanía, con tu amor y con tu disciplina,


Haz de mi la persona que siempre, desde hace tanto tiempo,

Tú has querido que yo sea.

Por Jesús mi salvador, que así sea.

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