La vieja y conocida
historia de Adán en el Huerto del Edén cobró un nuevo significado para mí
cuando escuché a un pastor hablar acerca del Diezmo y su similitud con los
árboles del huerto, puesto que de la misma manera en que Dios le había dicho a
Adán: "De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol de la ciencia
del bien y del mal no comerás", también a los cristianos que hemos hecho
un pacto con Dios nos podría decir: "De todo lo que recibas podrás comer,
pero del 10% no comerás, porque está destinado para la obra de Dios".
No puedo dejar de pensar que lo que realmente pasa con Dios es que él nos da mucho, quizá debiera decir muchísimo, así como a Adán le dio un huerto con muchos, muchísimos árboles que daban frutos deliciosos y apetecibles. Pero debo reconocer que Dios siempre se reserva algo, no mucho, quizá debiera decir poco, para él mismo, tal como se reservó el árbol de la ciencia del bien y del mal con el único objetivo de probar nuestra disposición a la obediencia, y con eso conocer quien realmente somos.
Piénsalo, también a
los israelitas les dijo: "Seis días trabajarás y harás tu obra, pero el
séptimo día será día de reposo,
consagrado a Dios". Dios nos da
mucho pero siempre se reserva algo para él.
¿Tiene sentido verdad?
Dios prueba nuestra
obediencia de varias maneras, y de la misma manera como Adán le falló, nosotros
seguramente también lo hemos hecho. Pero
Dios decidió perdonarnos y darnos otra oportunidad, al enviar a Jesús a pagar
el precio por nuestros pecados y al enviar al Espíritu Santo para acompañarnos
en nuestra vida cristiana.

Este nuevo año, Dios
nos da una nueva oportunidad: aceptar el
perdón de nuestros pecados a través de Jesús, y volver a habitar nuestro propio
Huerto del Edén, donde hay tantas cosas
que son permitidas hacer, tantas actividades que disfrutar y hacer todo aquello
que nos da felicidad y nos hace sentir que caminamos cerca de Dios.
Aunque en nuestro
propio huerto también habrá uno que otro árbol prohibido, al ver uno
debiéramos tener la suficiente sabiduría como para pensar "Ahh… de
lo que me perdería si volviera a desobedecer a Dios" y con una sonrisa de
satisfacción simplemente pasar de largo y continuar disfrutando de nuestro
propio Huerto del Edén.
¿Tiene sentido verdad?
La vida junto a Dios
siempre será mucho mejor, regresa y no vuelvas a separarte de él!
Feliz Año 2016!!!
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